X - Cuadernos FARO
Infocop 24/02/20016
La sociedad contemporánea ha experimentado grandes cambios en las últimas décadas. De forma paralela a estos cambios, han acaecido nuevos valores - tales como la poca tolerancia al malestar, la necesidad de obtener una recompensa inmediata y el individualismo -, que están produciendo un elevado impacto en el comportamiento de niños y adolescentes, incrementando de forma muy preocupante la prevalencia de los trastornos de los trastornos de conducta que, además de las consecuencias para el menor, afectan también a su entorno familiar y académico.
Si se compara retrospectivamente la generación actual con la de hace diez años, se observa un aumento significativo de la precocidad en muchas conductas que realizan (salir, consumir alcohol y/o sustancias, tener relaciones sexuales, etc). Este tipo de acciones desarrolladas a edades muy tempranas se relaciona con un elevado porcentaje de riesgos y un incremento de las consecuencias asociadas a estos, tal y como se ha ido denotando a través de diferentes datos y estudios, por ejemplo, aquellos que relacionan el consumo de cannabis en el colectivo adolescente con problemas mentales y escolares (OESD, 2013) y con el fracaso escolar en España (INE, 2013). Ante este panorama, en los últimos años se ha elevado también la cifra de demandas de ayuda por parte de padres que alegan presentar dificultades para manejar el comportamiento de sus hijos, y se sientes "desorientados, desbordados o perdidos" a la hora de educar a sus hijos ante los múltiples riesgos y/o potencialidades que tienen actualmente.