03/11/14 - El Confidencial
Miguel Ayuso
Cuando un científico se atreve a criticar a la
industria farmacéutica, enseguida se le critica porque no la conoce bien. Pero
al médica danés Peter C. GØtzsche es difícil pillarle por este flanco.
Durante 30 años, GØtzsche ha trabajado en ensayos clínicos y regulación de
medicamentos para varias farmacéuticas y ha publicado más de setenta artículos
científicos en las Big Five, las cinco principales revistas científicas.
Y es por esto por lo que afirma con rotundidad que la industria farmacéutica
está corrompida hasta la médula, extorsiona a médicos y políticos, y mantiene
enormes beneficios a fuerza de medicar innecesariamente a la población.
Su nuevo libro, Medicamentos que matan y crimen organizado
(Los libros del lince), ha causado una enorme polémica y ha desatado la ira de
la industria, a la que GØtzsche acusa de propagar mentiras sobre su
investigación. El doctor ha atendido a El Confidencial en una extensa
entrevista en la que no deja títere con cabeza.
PREGUNTA: Hace unas semanas entrevistamos al psiquiatra Allen
Frances. Nos dijo, literalmente, que la industria farmacéutica está causando
más muertes que los cárteles de la droga. Usted opina lo mismo. Cuando se
publicó la entrevista muchos lectores se quejaron porque les parecía una
aseveración exagerada. ¿Por qué cree que no lo es?
RESPUESTA: Decir la verdad no puede ser
una exageración. En mi libro documento que el consumo de medicamentos con
receta es la tercera causa de muerte tras las enfermedades cardiovasculares y
el cáncer. En Estados Unidos, por ejemplo, la prescripción de medicamentos
causa cerca de 200.000 defunciones todos los años. Así que está claro que la
industria farmacéutica está causando bastantes más muertes que los cárteles de
la droga.
PREGUNTA: Richard Smith, médico y
exdirector del British Medical Journal, asegura en el prólogo de su libro que
los médicos acabarán cayendo en desgracia ante la opinión pública, como ya ha
ocurrido con periodistas, diputados y banqueros, por no haber sido capaces de
ver hasta qué punto han aceptado la corrupción.
RESPUESTA: La industria farmacéutica es
inmensamente rica y poderosa, y ha corrompido los sistemas de salud de una
forma extraordinaria. Es una corrupción de largo alcance. Todo el proceso por
el que nuestros medicamentos son investigados, aprobados y recetados ha sido
corrompido. Esto implica manipular los datos científicos, pero también comprar
a casi cualquier persona que pueda tener influencia en el sistema, incluidos
los ministros de salud. En mi país, por ejemplo, sólo hay en torno a 20.000
médicos, pero miles de ellos cobran nóminas de la industria por cumplir
funciones discutibles como sentarse en los consejos asesores o ser consultores,
en muchos casos sin aportar ningún servicio tangible a cambio del dinero. Esta
es una forma aceptada y generalizada de corrupción sutil pues, como sabe
cualquier médico, el dinero dejaría de fluir si no actuaran en interés de sus
benefactores.PREGUNTA: Para la mayoría de la población, es difícil creer que muchos de los fármacos que tomamos causan más problemas que beneficios. ¿Es algo que podemos afirmar de muchos medicamentos¿
RESPUESTA: Es verdad que muchos de los medicamentos que la
gente toma causan más daños que beneficios. Sabemos muy poco sobre la utilidad
real de los medicamentos, ya que la práctica totalidad de los ensayos
controlados con placebo son desarrollados por la industria farmacéutica, que
tiene un tremendo conflicto de intereses. La industria exagera los beneficios y
oculta los daños de los medicamentos en la publicación de los ensayos clínicos.
Muchos de los fármacos que tomamos ni siquiera tienen efectos; simplemente
parece que han tenido un efecto en los ensayos avalados por la industria, pero
esto sucede normalmente porque los ensayos no se han "cegado" de
forma efectiva, y en ese caso tanto los pacientes como los médicos tienden a
exagerar los efectos subjetivos de los medicamentos de forma substancial.
PREGUNTA: ¿Hay fármacos que se utilizan en la práctica médica
que no cuentan con ninguna justificación científica válida?
RESPUESTA: Creo que los fármacos anticolinérgicos para la
incontinencia urinaria y los medicamentos anti demencia no tienen un efecto
real, y lo que se midió en los ensayos clínicos está sesgado porque el
cegamiento fue insuficiente. Un área particularmente problemática es la de las
drogas psiquiátricas. La falta de un cegamiento efectivo en los ensayos
conlleva, por ejemplo, que sea dudosa la efectividad real de los antidepresivos
para tratar la depresión; probablemente ni siquiera funcionan para tratar la
depresión clínica. En cualquier caso, no hay duda de que las personas con
trastornos psiquiátricos están siendo sobre medicadas de forma masiva. Sabemos
que los antipsicóticos causan daños cerebrales, pero probablemente también los
antidepresivos y los medicamentos para tratar el Trastorno por Défict de
Atención e Hiperactividad.
PREGUNTA: Lo que ha ocurrido en España con el Sofosbuvir, el
medicamento de última generación que cura la mayoría de casos de hepatitis C
es, según el farmacólogo Joan-Ramón Laporte (que prologa la edición española de
su libro), un claro ejemplo del comportamiento en ocasiones indignante de la
industria farmacéutica. El pasado 1 de octubre la ministra da Salud española
anunció que el gobierno había llegado a un acuerdo con la farmacéutica Gilead
para incluir el fármaco en la financiación pública. Nadie sabe exactamente
cuánto va a costar, pero quizás sean más de 125 millones de euros durante el
primer año de comercialización. ¿Están las farmacéuticas chantajeando a los
Gobiernos?
RESPUESTA: El caso del Sofosbuvir es sólo uno de los más
recientes ejemplos de la forma en que las compañías farmacéuticas extorsionan a
la sociedad. Gran parte de la investigación que permite el desarrollo de nuevos
fármacos ha sido financiada con el dinero de los ciudadanos, que pagan las
nóminas de los investigadores públicos. Si un medicamento es considerado un
gran avance, la norma es que la compañía farmacéutica que se hace cargo del
desarrollo de ésta cobre un precio obsceno, abusando de ese modo del monopolio
que la sociedad le ha otorgado. El precio de un nuevo fármaco no tiene nada que
ver con sus costes de desarrollo, pero depende por completo de cuánto estemos
dispuestos a pagar por él. Es un tipo de extorsión que no es muy distinta del
tipo de chantaje que ejercen los piratas en Somalia cuando abordan barcos y
toman rehenes. En ambos casos, puede ser una cuestión de vida o muerte, y puede
ser muy difícil para los políticos negarse a pagar los medicamentos cuando los
periodistas ponen a pacientes a llorar en la televisión nacional.
Gregg H. Alton, vicepresidente ejecutivo de Gilead,
ganó en 2010 un salario de 4 millones de dólares (Reuters)
PREGUNTA: Uno de los argumentos más utilizados por la industria
farmacéutica para defenderse de las críticas es que sin su intervención en
investigación no tendríamos los medicamentos que tenemos. ¿Es cierto?
RESPUESTA: En mi libro desacredito este
argumento, que, lamentablemente, es ampliamente aceptado entre médicos y
políticos. ¿Aquellos que se creen esto estarían dispuestos a pagar veinte veces
más por su nuevo coche sólo porque el vendedor les dice que por hacerlo tendrán
mejores coches en el futuro? La situación es del todo absurda. Normalmente, las
empresas dicen: "Si no gastáramos nuestro dinero en investigación,
moriríamos". Pero las compañías farmacéuticas lo que dicen es: "Si no
tenemos vuestro dinero para gastarlo en investigación, vosotros moriréis".
Sólo los líderes religiosos son más listos que ellos, pues prometen que seremos
recompensado tras la muerte, lo que hace que sea completamente imposible
quejarse.
Empíricamente se ha demostrado que este argumento no
se sostiene. Los beneficios de las farmacéuticas se han disparado en la última
década, y al mismo tiempo la innovación se ha estancado. En definitiva, el
capitalismo y el cuidado de la salud son malos compañeros de cama. Nuestras
sociedades deben tomar el control sobre el desarrollo y la venta de
medicamentos, lo que garantizaría que tuviéramos los medicamentos a precios que
incluso los países en desarrollo podrían permitirse.
PREGUNTA: Muchos médicos e investigadores conocen a la
perfección lo que está haciendo la industria farmacéutica, pero se niegan a
hablar porque, después de todo, su trabajo depende de ellas. ¿Hay miedo entre
los profesionales a criticar a las farmacéuticas?
RESPUESTA: La situación en la que estamos ahora es similar a la
que vive un pueblo cuando ha permitido a la mafia ser tan poderosa que ha
logrado comprar a todo el mundo, incluidos los políticos, el alcalde y la
policía. En una situación así es increíblemente difícil dar marcha atrás. Esto
es lo que está pasando ahora con la industria farmacéutica, que ha comprado a
muchos doctores clave, que son líderes de opinión. Hay casos de médicos que han
perdido su trabajo por criticar a la industria, porque la farmacéutica en
cuestión había comprado ya a sus superiores. Esto es lo mismo que hace la mafia
cuando se carga a un oficial de policía que hace demasiado bien su trabajo.
PREGUNTA: La manipulación que ha realizado la industria
farmacéutica de muchos estudios científicos ha hecho que mucha gente niegue la
veracidad de los estudios científicos en general. Esto es muy peligroso. ¿Crees
que podemos poner en duda la mayoría de la investigación en medicina?
RESPUESTA: No creo que sea peligroso que la gente no se crea los
estudios científicos sobre medicamentos. Es muy saludable que sean escépticos
teniendo en cuenta que nuestros fármacos son la tercera causa de muerte. La
gente debería de tomar muchísimos menos medicamentos de los que toma. He estado
trabajando en estos 30 años y he visto serias manipulaciones y trampas en todas
las áreas de la medicina por razones comerciales. Esto es por lo que los
científicos que colaboran con la industria en los ensayos clínicos casi nunca
tienen acceso a todos los datos en bruto para que puedan analizarlos por ellos
mismos. Si eso fuera posible, tendríamos la oportunidad de revelar gran parte
del fraude.
PREGUNTA: Muy a menudo, las personas que critican a la industria
farmacéutica mezclan sus argumentos con teorías pseudocientíficas. Es el caso,
por ejemplo, de los movimientos anti vacunación. ¿Tendemos a mezclar churras
con merinas?
RESPUESTA: Algunos practicantes de medicina alternativa o
defensores de las campañas anti vacunación asumen que soy uno de ellos porque
critico a la industria farmacéutica. Desde luego no es el caso. La mayoría de
nuestras vacunas salvan vidas y el principal efecto de la medicina alternativa
es vaciar los bolsillos a la gente, muy pocas de ellas tienen siquiera algún
efecto.
PREGUNTA: Normalmente hablamos de la industria farmacéutica como
un todo. ¿Hay alguna compañía que sea mejor que otra? ¿No hay un solo CEO de
las farmacéuticas que tenga ética?
RESPUESTA: Cuando el crimen renta se genera más crimen. Esto es
exactamente lo que estamos viendo. Los crímenes de la industria farmacéutica,
que están entre los peores de todas las industrias, se han incrementado en los
últimos años. He sido incapaz de encontrar una sola compañía cuyo CEO tenga
sentido de la moral. Lo único que importa es el dinero y los CEO saben
perfectamente que su falta de ética conduce a muchas muertes innecesarias. El
criminólogo John Braithwaite, que ha entrevistado a muchos CEO para elaborar su
libro sobre el crimen organizado en la industria farmacéutica, los llama
"bastardos despiadados".
PREGUNTA: En los últimos años se han publicado varios libros en
los que se critica ferozmente las prácticas de la industria farmacéutica (como
Mala Farma de Ben Goldacre o ¿Somos todos enfermos mentales? de Allen Frances).
¿Algo está cambiando? ¿Vamos a ver un cambio en la regulación de la práctica de
las farmacéuticas?
RESPUESTA: Desafortunadamente, la industria farmacéutica es tan
poderosa que es tarde para esperar ningún cambio importante en los reguladores
y en la forma en que nuestros políticos entienden su funcionamiento. Hay
esperanza, sin embargo, porque nuestros ciudadanos no son tan tontos, ingenios
y oportunistas como nuestros políticos. He escrito este libro porque estoy
enfadado y quiero que se enfade más gente para decir que ya hemos tenido
bastante, así que a lo mejor podemos introducir cambios radicales en la forma
en que desarrollamos, investigamos, comercializamos y tomamos medicamentos.
PREGUNTA: ¿Qué pueden hacer los ciudadanos para ayudar a
revertir esta situación?
RESPUESTA: Lo primero, y más importante, es que los pacientes
tomen el mando de sus propias vidas, por ejemplo, descargando en internet el
prospecto cuando un médico le ha recetado un medicamento. Si lo leen
atentamente, probablemente sabrán mucho más sobre el fármaco que su propio
médico. Entonces, quizás, todos los peligros, precauciones y advertencias harán
que se planteen que quizás es mejor no tomar ese fármaco en particular. Los
pacientes deben darse cuenta de que prácticamente todo lo que un médico sabe
sobre los medicamentos ha sido cuidadosamente preparado por la industria
farmacéutica. Y es más, el médico quizás tiene un interés lucrativo personal en
recetarte un fármaco que es mucho más caro que otro que es igual de bueno,
porque el soborno a los médicos es común.
Las organizaciones de pacientes y las de médicos no
deberían aceptar dinero de la industria farmacéutica. Deberían preguntarse si
les parece éticamente aceptable recibir dinero que ha sido ganado en parte por
crímenes que han dañado e incluso matado a muchos pacientes. Y los médicos
tienen que negarse a recibir visitantes médicos, porque esto conduce a la prescripción
irracional y a un gran daño, incluyendo muertes innecesarias.
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