Aragón investiga
http://www.aragoninvestiga.org/segun-un-estudio-de-resonancia-magnetica-cerebral-los-meditadores-gozan-de-mejor-salud-y-bienestar/
Lunes, 9 de marzo de 2015
Los doctores Nicolás Fayed, jefe de servicio de diagnóstico por imagen de Hospital Quirón Zaragoza, Yolanda López del Hoyo, del departamento de sociología y psicología de la Universidad de Zaragoza, y Javier García-Campayo del servicio de psiquiatría del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, han publicado el pasado mes de marzo en la prestigiosa revista científica PLOS ONE
un estudio de investigación que demuestra que los meditadores gozan de
mejor salud y bienestar. Este estudio ha sido realizado con técnicas de
resonancia magnética que permiten medir las sustancias químicas e
interconexiones neuronales y, por lo tanto, los cambios cerebrales que
se producen en meditadores zen.
El Dr. Nicolás Fayed y sus colegas compararon los cerebros de diez
meditadores de un monasterio budista, quienes contaban con una media de
191 meses y por lo menos una hora diaria de meditación, y otras diez
personas sanas que no practicaban meditación, pertenecientes al equipo
del Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
“Tal y como muestran este y otros estudios de investigación, hay una clara relación entre nuestras neuronas y las emociones”.
Además, señala el Dr. Nicolás Fayed “el Dr. Murakami, en su estudio The
estructure of mindful brain, ya demostró con resonancia funcional cómo
los meditadores presentan un aumento de la actividad en el lóbulo
frontal (asociado a las emociones de felicidad y bienestar), y también
de la ínsula, que funciona como el centro neurológico de la integración
afectiva, autónoma y cognitiva.” Por otro lado, el jefe de servicio de
diagnóstico por imagen de Hospital Quirón Zaragoza explica que “otros
estudios en pacientes con estrés han demostrado cambios cerebrales en
tan sólo ocho semanas después de comenzar la meditación”.
Por su parte, el Dr. Javier García-Campayo del servicio de
psiquiatría del Hospital Miguel Servet de Zaragoza comenta que “estos datos
confirman las bases biológicas de la eficacia de la meditación en el
tratamiento coadyuvante de diferentes enfermedades como dolor crónico o
depresión, entre otras”.
Metodología y resultados
A los dos grupos se les facilitaron cuestionarios de ansiedad, depresión, deterioro cognitivo y atención, y se les realizó una resonancia magnética cerebral con estudios de espectroscopia,
que mide metabolitos o sustancias químicas cerebrales en una
determinada región del cerebro, y estudios de tensor-difusión, que son
utilizados para observar la integridad y conectividad de la sustancia
blanca o cables que conectan las neuronas.
Al comparar ambos grupos, los meditadores mostraron una significativa disminución de la ansiedad y depresión, así como aumento muy importante de la atención con respecto a los controles.
También se observó un aumento significativo de la conectividad o plasticidad cerebral a nivel de las fibras de la sustancia blanca,
que conectan las estructuras profundas como el tálamo con la corteza
parietal superior izquierda (parte del celebro que controla la
consciencia de uno mismo).
Además, el metabolito mio-Inositol estaba aumentado en el cíngulo posterior de los meditadores.
Este metabolito es importante, ya que se le relaciona con una proteína
llamada interleucina (IL-2) que regula la respuesta inmune a través de
la proliferación de células T, activando las células gliales e
induciendo cambios neuroquímicos que pueden tener relevancia en
condiciones afectivas, como la ansiedad y la conducta.
El metabolito N-acetilaspartato, implicado en el
metabolismo mitocondrial de las células nerviosas, es decir, relacionado
con la energía de las células; y el Glutamato (excitabilidad neuronal)
estaban disminuidos en el tálamo izquierdo de los meditadores y
todo ello se correlacionaba con los años de meditación, es decir, a más
meditación más se modifican estos elementos.
Conclusiones
Durante la meditación tienen lugar cambios funcionales (aumento de la
plasticidad cerebral), que pueden mejorar la coordinación entre las
conexiones de los circuitos cerebrales, y químicos (disminución de la
actividad metabólica neuronal y aumento de la inmunidad), que afectan a
la estructura psicológica del cerebro.
Así, los autores llegan a la conclusión que la meditación
mejora la coordinación entre las neuronas y altera los circuitos
cerebrales, lo que puede inducir a cambios permanentes y positivos,
influyendo de manera positiva en la salud y el bienestar, por lo que
esta práctica puede ser de gran ayuda en aquellas enfermedades que
producen alteración en la atención, depresión, ansiedad, conducta,
estrés, etc.
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