El Comercio 25/09/14
El nuevo Plan de Salud Mental alerta sobre el aumento en el uso de hipnosedantes y habla de apostar por la psicoterapia.
Laura Fonseca
En Asturias se consumen más de 35.000 dosis diarias de antidepresivos por cada mil habitantes o más de 34.000 dosis de ansiolíticos. El uso de anfetaminas creció un 117% en cinco años y el de sedantes y fármacos para la depresión, en más de un 35%. Los medicamentos para demencia, unos fármacos muy específicos, tampoco escapan a esta estadística al alza: se prescriben un 65% más que hace un lustro. Por si fuera poco, desde la Consejería de Sanidad se ha detectado un elevado consumo de ansiolíticos, medicamentos cada vez más presentes en los botiquines hogareños de la población asturiana, donde casi un tercio echa mano del Lexatín, el Tranxilium o el Valium, por poner solo algunos ejemplos. Las mujeres son las que más emplean este tipo de farmacología: un 31,75% frente al 16,45% de los varones. La dosis diaria de consumo es de 10.000 por cada mil habitantes, un 20% por encima de lo que había en 2007.
Pero el uso de tranquilizantes no solo es cosa de adultos. Los jóvenes asturianos también los utilizan. Entre los chavales de 14 a 18 años se ha encontrado un consumo que ronda el 6%, algo que llama especialmente la atención. Sanidad sospecha que la utilización de fármacos para afrontar cuadros de depresión, ansiedad o trastornos del sueño, principalmente, es mucho más elevada que lo que parecen revelar las estadísticas oficiales. Los datos recabados por la consejería, y que aparecen en el nuevo Plan de Salud Mental 2014-2020, fueron extraídos de las prescripciones de receta electrónica del año 2012 (los de la sanidad pública), por lo que no vienen allí reflejados los ansiolíticos que se prescriben en las consultas de medicina privada.
Líder en recetas por persona
Así las cosas, el panorama en Asturias denota un "elevado y preocupante consumo de psicofármacos". En 2007, el Principado fue la comunidad autónoma con mayor número de recetas por persona. Superábamos en un 12% a la media nacional. Las autoridades sanitarias llevan tiempo alertando de esta situación y consideran que en gran parte se debe "a una tendencia cada vez más creciente de medicalizar acontecimientos de la vida cotidiana de las personas". Desde situaciones de pérdida de un ser querido hasta, sin ir más lejos, la vuelta al trabajo que algunos ya quieren elevar a la figura de síndrome postvacacional.
Especial hincapié hacen quienes redactaron el documento en las mujeres, "que demandan recursos sanitarios para el tratamiento de cuadros referidos como ansiedad y depresión" y que en opinión de estos especialistas "serían abordables con recursos no sanitarios o no farmacológicos".
Tal y como avanzó EL COMERCIO, a lo largo de 2012 la red de Salud Mental atendió a 54.237 usuarios, 3.963 de ellos, niños y adolescentes. Ese año hubo 241.846 consultas, 7.300 más que en 2008. La Consejería de Sanidad considera necesario modificar esta tendencia y busca reducir el consumo de fármacos psiquiátricos. Para ello plantea apostar por la psicoterapia. Es decir, un mayor abordaje psicológico en detrimento del uso de fármacos.
Guerra entre profesiones
Diferentes expertos consultados, y que no participaron en la elaboración del Plan de Salud Mental, mostraron su desacuerdo con la idea que parece querer dar Sanidad: "El grueso de los psiquiatras no recetan medicamentos por recetar", opinó Víctor Aparicio, miembro de la Asociación Española de Neuropsiquiatría. Además, estima un error querer plantear la psicoterapia "como un territorio exclusivo de los psicólogos. Eso alentaría la guerra entre profesionales". Similar opinión mostró la presidenta de la Sociedad Asturiana de Psiquiatría, Pilar Saiz, "lo único que buscan con este plan es reducir el gasto en fármacos y en personal". Julio Bobes, jefe de Psiquiatría del HUCA, que conoció el Plan de Salud Mental a través de la información de El Comercio, indicó que "nadie puede decir que no a la psicoterapia, pero no vale para todo ni para todas las situaciones".
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