"Coleccionamos excusas para sentirnos infelices" Entrevista a Paz Torrabadella, psicóloga, autora de "Estupidez Emocional".
Entrevista publicada en la Vanguardia
La
felicidad como objetivo funciona mal. Toda vida tiene una dosis de
sufrimiento ineludible como la frustración, la enfermedad y la muerte.
Decirle a un niño que tiene como objetivo ser feliz es estafarle.
¿Entonces, qué hay que decirle?
Que
la felicidad sucederá, pero que no es la norma. Lo cabal es saber y
aceptar el sufrimiento inevitable (porque mucho sufrimiento procede de
no aceptarlo), y evitar al máximo el innecesario. Estamos siempre
coleccionando excusas para ser infelices. Sí, qué estupidez. Todo el
sufrimiento inútil que padece el género humano, y que es mucho, procede
de la estupidez emocional: falta de empatía, intolerancia a la
frustración, crítica gratuita indiscriminada, victimismo, autodesprecio,
envidia, compulsión, obstinación, agresividad, adicción a la
infelicidad......
¿La estupidez engendra todas esas cosas y se alimenta de ellas?
Sí,
pero una vez las detectas y reconoces, puedes prevenirla. Lo primero
que hay que saber es que nadie está exento de ella, todos cometemos
estupideces alguna vez. Bien, mensaje recibido. La estupidez es muy
común. Como sociedad la vemos en las guerras o en la destrucción del
planeta; en la familia, cuando nos atacamos psicológicamente o somos
poco empáticos, y eso lo veo mucho en terapia de pareja: uno se queja
del otro, cuando con pensar en el otro todo se solucionaría.
¿El estúpido se sabe estúpido?
Por
naturaleza, la estupidez se blinda, el estúpido emocional se
especializa en criticar, ve la estupidez ajena y se concentra en ella:
es más cómodo. Son personas rígidas en su pensamiento que se mueven en
dicotomías del tipo bueno-malo, y muy susceptibles.
¿La estupidez aumenta con la práctica?
Sí.
Para justificar una estupidez se suele incurrir en otra, y es muy
contagiosa. Si respondo a un bocinazo (una estupidez, porque está
generando un sentimiento negativo), me estoy contagiando de su
estupidez. La única manera de no contagiarse es reconociéndola. Debería
existir la asignatura de estupidología, porque dedicamos muy poca
energía a un fenómeno que condiciona nuestras vidas y sociedades. No me
parece una idea descabellada. La estupidez es irracional como la crítica
gratuita. Yo diría que tanto critica una persona a los ausentes, tanto
está instaurada en la estupidez. Y hay grandes mentes muy estúpidas que
siembran a su alrededor sentimientos negativos innecesarios.
¿Cómo detectarla?
Cuando
causamos o padecemos un sufrimiento inútil. Por ejemplo, el hombre o la
mujer que ante una separación utiliza a sus hijos en contra del otro
haciendo sufrir a todo el mundo. Semejante estupidez hay que reconocerla
y evitar entrar en una escala de estupideces.
Deme claves
La
conciencia de los propios sentimientos, darse un espacio para observar
los pensamientos, porque si soy consciente de cómo me siento puedo
controlar. El autocontrol es difícil. Una gran herramienta es compartir,
poder poner en común temas personales con otros. Es impactante ver cómo
terceros pueden intuirte y darte buenos consejos. Somos mucho más
trasparentes de lo que creemos, lo que pasa es que nos han enseñado a
desoír esa inteligencia intuitiva, lástima, porque todo eso que no se
dice es más importante que lo que se dice.
¿El autoengaño es la mayor estupidez?
Sí,
y contra eso sólo podemos autoeducarnos día tras día. Albert Ellis,
creador de la terapia racional emotiva, decía que todo el sufrimiento
humano procedía de las ideas irracionales que no son más que exigencias:
"Los demás tienen que comprenderme.....".
Pero la cosa funciona al revés......
Exacto,
para los demás nuestros problemas son de una levedad inconmensurable.
hasta que aceptamos esto, nos vamos neurotizando cada vez más.
Solemos ser víctimas de nuestra propia manera de pensar.
Sí,
nos tomamos muy en serio. Además, nuestra colección de excusas para
sufrir se retroalimentan. La verdadera causa de la perpetuación de cada
discurso es que se obtiene algo de él aunque sea insatisfactorio, por
ejemplo: que las cosas me vayan mal me permite seguir quejándome.
Hablemos de la paradoja: si persigues el sombrero, él insiste en irse
volando. Así son las relaciones humanas: es nuestra pretensión la que
genera el problema. Nuestra propia insistencia genera la reacción
contraria. Pero la paradoja es la base del humor, y la estrategia más
inteligente y airosa de superar una forma de relacionarse estúpida es el
sentido del humor.
¿Se le ocurre cómo cultivarlo?
Estando
con personas que lo tienen, porque el sentido del humor es un deporte
de dos. Hay quien teme pasar por estúpido. Tolerar algo no significa que
nos parezca bien, sino sencillamente que sabemos qué sucede y mientras
sucede no lo negamos.
¿Qué pregunta debo hacerme a diario?
Cuánto
hay en mi vida que estorba o enmaraña: pensamientos, costumbres, ruido.
Alexander Lowen decía que la felicidad es la conciencia de la propia
mejora. Para este especialista en comunicación interpersonal la
estupidez es una enfermedad curiosa, pues no la sufre quien la padece,
sino quienes le rodean, y su fundamento es el tiempo: si alguien repite
una estupidez el suficiente número de veces, acabará considerando que
esta actitud es lo normal, la defenderá y la incorporará,
definitivamente, en su día a día. Tiene un interesante ensayo sobre ella
(Estupidez Emocional, editorial Vía Libro), recomendable para
afrontarla en nuestro interior, en las relaciones próximas y en lo
social. organiza grupos - allegados desconocidos - que se reúnen con la
única finalidad de comprenderse ellos mismos para ser menos estúpidos
(www.torrabadella.com).
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