Laura
Schenck es una prestigiosa especialista en Atención Plena
(Mindfulness), cuyo trabajo está orientado a ayudar a sus clientes a
mejorar sus vidas. Sus teorías son afines a los conceptos de nuestro
centro.
Frenar, tomar conciencia
“No hacer nada es mejor que hacer algo con prisas” – Lao Tzu
Es difícil ser consciente cuando tu mente está demasiado acelerada,
cuando tus emociones se muestran de forma caótica, o cuando tu corazón
late fuera de control. Todas estas experiencias tienen un elemento en
común….. todas ellas suceden rápidamente. Eres mucho más propenso a
cometer errores y ser negligente, pasar de largo hechos importantes, y
meter la pata en las relaciones inter personales cuando tu liado estado
interno se encuentra apurado y fuera de control. Algunas veces puedes
incluso no darte cuenta de cómo de rápido te estás realmente moviendo,
hasta que alguien cercano a ti te lo dice. Este es a menudo un signo
seguro de que estás siendo decididamente inconsciente.
El primer paso hacia la ralentización y la toma de conciencia es darse
cuenta de que estás apurado. Quizás la conciencia que necesitas para
frenar proviene del sentir tu corazón latiendo demasiado rápido, del
darte cuenta de errores y torpezas, o de sentirte extrañamente
indiferente hacia ti mismo. ¿Te das cuenta de tus rodillas rebotando
arriba y abajo mientras luchas apresuradamente con tus tareas? Mientras
que piensas que hacer las cosas puede suponer un gran esfuerzo, es
importante darse cuenta que para la mayoría de nosotros (incluyéndome a
mí), ese deseo de tener algo finalizado a menudo da como resultado
descuidos o errores. Cuando esto sucede, acaba tomando más tiempo el
realizar dicha tarea.
4 consejos sencillos para frenar
1.- Dobla el tiempo que tú crees que te llevará la realización de alguna tarea.
¿Con qué frecuencia finalizar una tarea o un proyecto en el tiempo que
has destinado o programado para ello? Para la mayoría de la gente, esto
raramente sucede. Cuando te permites más tiempo para planear hacer algo,
te provees a ti mismo de más “espacio psicológico” para afrontar el
trabajo de una forma más metódica y consciente.
Cuando te sientes apurado para terminar una tarea en el día, semana o
mes que te has fijado, puede haber u sentimiento de urgencia que de cómo
resultado acelerar en pasos importantes, acortando presupuestos, o
cometiendo descuidos y errores. Simplemente, dándote más espacio para
respirar (sin demorarlo) es una forma de asentar las bases para realizar
tu trabajo con una mayor conciencia.
2.- Realiza conscientemente actividades de forma lenta.
Esto puede sonar tonto, pero forzarte a ti mismo a moverte físicamente
más despacio es un modo sencillo de ir calentando la musculatura de tu
voluntad. Investigaciones sugieren que la voluntad puede ser activamente
fortalecida involucrándose en las tareas con más lentitud y de un modo
diferente al acostumbrado. Por ejemplo, lavarte los dientes con la mano
no dominante, estimula la voluntad con el paso del tiempo.
Obsérvate en ese momento con una consciencia atenta. Sea lo que sea que
estás haciendo, ralentízalo al menos un 25%. Si estás leyendo deprisa,
hazlo más despacio. Si tus rodillas rebotan arriba y abajo, trae la
conciencia a ellas y permite que se calmen. S i estás martilleando tus
dedos contra la mesa, date cuenta de ello, y permite que se relajen.
Frénate físicamente y permite que se frenen también tus pensamientos y
tus emociones.
3.- Estimula tu sistema nervioso parasimpático.
Tu Sistema Nervioso Autónomo tiene la función de regular la mayoría de
los sistemas y funciones de tu cuerpo sin que tú seas consciente de ello
(Ejemplo, el corazón late sin decirte que lo está haciendo, continúas
respirando mientras que duermes). Dos de sus ramales son el Sistema
Nervioso Simpático y el Sistema Nervioso Parasimpático.
Cuando tu Sistema Nervioso Simpático está excitado, se activa en tu
cuerpo un proceso natural y primitivo de huída, de activación ante un
peligro. Esto es increíblemente útil para la función adaptativa. ¿Alguna
vez has cambiado de carril sin haberte dado cuenta de un coche cercano,
y de repente sientes una repentina y poderosa descarga de adrenalina en
tu cuerpo? Esto te prepara para realizar una acción rápidamente. En
contraste, cuando se activa el Sistema Nervioso Parasimpático, se activa
una experiencia corporal y mental de calma y relajación.
Estos dos sistemas están diseñados para trabajar juntos y en armonía.
Cuando se desequilibran, se puede experimentar un estado constante de
hipervigilancia (por ejemplo, un estado exagerado de reactividad y
vigilancia hacia un peligro o amenaza). Una (de ellas) de las
explicaciones para esto es que el movimiento acelerado durante todo tu
día sin un sentido justificado de conciencia, puede resultar en una
sobre actividad psicológica y mental….. todo se mueve demasiado deprisa.
Cuando es Sistema Nervioso Simpático está sobre activado de este modo,
el Sistema Nervioso Parasimpático tiene pocas oportunidades de compensar
y garantizar un equilibrio de calma y relajación. La buena noticia es
que puedes estimular activamente al Sistema Nervioso Parasimpático para
recuperar un equilibrio consciente de calma y lucidez.
Técnicas para estimular el Sistema Nervioso Parasimpático:
•
Respiraciones lentas y profundas desde tu diafragma….. coloca tu mano
sobre tu abdomen y permite percibir cómo sube y baja el vientre con cada
respiración.
•
Combinar la respiración diafragmática con una atención plena activa.
Trae toda tu consciencia atentamente a las sensaciones de tu cuerpo, a
tus pensamientos, y las emociones mientras que respiras lenta y
profundamente.
•
Haz ejercicios de visualización. Asegúrate de hacer la visualización
tan vívida como sea posible, imaginando todo lo que puedas, toda la
riqueza y los detalles de tu lugar de seguridad y calma.
•
Reposa uno o dos dedos sobre tus labios suavemente. Esto podría sonar
extraño, pero las fibras del sistema parasimpático se despliegan por los
labios, así que cuando los tocas amablemente (y respiras lenta y
profundamente), estás activando el Sistema Nervioso Parasimpático.
4.- Evita las multitareas.
La multitarea puede útil algunas veces. La clave está en distinguir
cuándo la multitarea da como resultado el que te estés acelerando
innecesariamente, y te hace cometer errores, y cuándo está realmente
ayudándote a hacer cosas de un modo productivo y eficaz. Si eres un gran
defensor de la multitarea, desafíate a ti mismo pasando un día entero
sin ninguna tarea en absoluto. En las palabras del maestro zen coreano
Seing Sahn, “Cuando lees, sólo lee. Cuando comes, solo come. Cuando
pienses, sólo piensa.
Si te das cuenta de que la multitarea da como resultado una sensación
de estas “sobre estimulado”, entonces considera los beneficios que
podría tener el relacionarte con tus tareas y tus relaciones con otras
personas con una mayor consciencia. Si tu atención parece a menudo
dispersa, es una señal de que te podrías beneficiar de menos multitareas
también. Hacer una cosa de cada vez, proporciona una oportunidad de
estar más atento y conectado con el momento presente. Permite a cada
cosa que hagas ser digna de tu atención completa. Si estás haciendo algo
“aburrido” úsalo como una oportunidad de ser consciente de tu
aburrimiento…. Relaciónate con esa experiencia con una mayor apertura,
curiosidad y aceptación.
¿Qué diferencias podrías notar en tu vida si te dieras la oportunidad
de ir más despacio? Cuando pasamos a lo largo de nuestras vidas en un
estado de urgencia y crispación, a menudo perdemos de vista aquellas
partes de nuestras vidas importantes, especiales o bonitas. Personas
cercanas pueden sentirse desconectadas de nosotros cuando estamos
acelerados intentando hacer cosas. ¿Por qué no intentas un experimento
contigo mismo: ver cómo sería la vida si prescindieras de las prisas
para hacer cosas, y simplemente disfrutaras de las cosas tal y como son?
Desacelera y aprecia más el momento presente…. Podrías experimentar un
giro irónico que te permita hacer más cosas al final.
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