Las autoridades de EE UU alertan de un exceso de diagnósticos de TDAH
En
la última década, las indicaciones de Trastorno por Déficit de Atención
e Hiperactividad han aumentado un 53%. El exceso lleva a medicar a los
niños sin necesidad.
Las
autoridades sanitarias de Estados Unidos han alertado esta semana de
que el exceso de nuevos diagnósticos de Trastorno por Déficit de
Atención e Hiperactividad (TDAH) en los menores de cuatro a 17 años ha
propiciado que en los últimos 10 años los supuestos casos aumenten un
53% en el país, de acuerdo con nuevos datos del Centro de Prevención y control de Enfermedades (CDC, por
sus siglas en inglés). Esto significa que 6,4 millones de menores en EE
UU habrían padecido este trastorno alguna vez en su vida. Los
resultados forman parte un amplio estudio del CDC sobre los problemas de
salud en los niños, recogidos de febrero 2011 hasta junio de 2012. La
agencia entrevistó telefónicamente a más de 76.000 padres en todo el
país.
El
TDAH se inicia en la infancia y es el resultado de un desequilibrio en
los niveles químicos del cerebro que hacen que la persona carezca de
control de impulsos, de pautas de atención y padezca hiperactividad o
exceso de movimiento. Hasta junio de 2012, cerca de uno de cada cinco
niños varones en el instituto y uno de cada 10 de los alumnos de
primaria había sido diagnosticado alguna vez con TDAH. Estos datos han
alertado a los expertos que creen que el crecimiento tan elevado de
nuevos diagnósticos está provocando también que se medique de forma
abusiva. Dos tercios de los casos han recibido tratamiento con
estimulantes alguna vez.
Aproximadamente
uno de cada 10 adolescentes en secundaria está siendo medicado en este
momento, según la estadística. Los fármacos más usados son Adderall,
Ritalin, Concerta y Vynanse, y sus ventas se han multiplicado en los
últimos cinco años. Mientras que en 2007, este mercado obtuvo unos
beneficios de 4.000 millones de dólares (3.122 millones de euros); en
2012, las ventas fueron de 9.000 millones de dólares (7.025 millones).
“Estos medicamentos pueden mejorar de forma significativa su calidad de
vida “si están indicados, o por otro lado, pueden ocasionarles episodios
de ansiedad, adicción, e incluso, psicosis”, han explicado desde el
CDC. "Tenemos que garantizar el equilibrio”. Encontrar los medicamentos
adecuados para tratar el TDAH, y asegurarnos de que se está tratando a
las personas adecuadas. Estas medidas pueden marcar una gran diferencia.
Por desgracia, “el mal diagnóstico parece estar creciendo a un ritmo
alarmante", han añadido.
Debido
su eficacia en los casos más graves, el uso de los fármacos se ha
extrapolado a los que simplemente padecen trazas del trastorno
convirtiendo al tratamiento con estimulantes en un “atajo popular para
mejorar las calificaciones de los estudiantes sin tener en cuenta el
riesgo para su salud”, han añadido.
Entre
los factores que están influyendo en este incremento, según los
expertos, se encuentran tanto la publicidad positiva de los medicamentos
por parte de las farmacéuticas - en EE UU los anuncios de fármacos con
receta no están prohibidos - como la presión de algunos padres para que
el comportamiento de su hijo varíe. “Existe en la actualidad cierta
coacción sobre los médicos de definir si el comportamiento de los niños
es anormal o no, en lugar de pensar primero que son síntomas propios de
la infancia”, ha explicado el doctor Jerome Groopma, profesor de
medicina en la Universidad de Harvard.
El
problema puede que se incremente en los próximos meses con la
publicación del nuevo Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos
Mentales, DSM-V (elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría).
Según explican varios expertos en el mismo periódico, debido a un cambio
en los criterios diagnósticos del TDAH en este manual, “se podrán dar
un mayor número de casos entre adolescentes y adultos en EE.UU”. Entre
estas modificaciones están padecer algún síntoma antes de los 12 años, y
no a los siete como se exige ahora (con ello aumenta el periodo para
poder diagnosticar), y que los síntomas ocasionen un impacto en las
actividades diarias en lugar de ser la causa de estos comportamientos.
Carolina García Washington - 2 Abril 2013
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/04/02/actualidad/1364903542_739753.html
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